Un total de 700 gatos fueron rescatados por activistas de derechos de los animales, los cuales iban a ser sacrificados para servir como alimentos en restaurantes en el norte de China.
Pese a la prohibición del consumo de gatos y perros en algunas ciudades del país asiático tras la pandemia del coronavirus que afecta a más de 7.5 millones de personas en el mundo, los felinos fueron hallados encerrados en jaulas y en pésimo estado de salubridad en el patio trasero de un hotel.
Imágenes muestran a los mininos quejándose de dolor mientras se apiñan dentro de una docena de jaulas oxidadas en Linfen, provincia de Shanxi, informó Daily Mail.
Una mujer, conocida como Li, recibió el aviso de trabajadores del hotel, quienes le informaron del maltrato a los animales que ocurría en dicho lugar. Ella captó las imágenes de los gatos hacinados en el patio y las compartió en redes sociales.
El grupo de Rescate de la Pequeña Vida Animal de Linfen llegó a la escena y declaró que rescató a más de 700 felinos. Un video muestra a agentes de la Policía local que también acudieron al lugar poco después de los activistas.
El grupo de activistas afirmó que movieron a las mascotas a otras jaulas adecuadas. Agregaron que se encargarán de su alimentación, en tanto que veterinarios revisarán si existen animales con alguna herida.
Las autoridades presumen que tal cantidad de gatos fueron robados con la finalidad de sacrificarlos y venderlos a restaurantes cuya carne es muy demandada por los comensales.
Expertos chinos dijeron en enero que el coronavirus probablemente había saltado a los humanos de animales salvajes vendidos como alimento en un mercado húmedo en Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes en el centro de China. No obstante, ello no ha sido comprobado hasta ahora.
An estimated 700 Cats RESCUED in Linfen, Shanxi province, China 🇨🇳 June 11, 2020
— Nomaly (@OnlyNomaly) June 12, 2020
A backyard guesthouse had found a hoarding den with hundreds of cats of unknown origin imprisoned in cages. Because of injuries and lack of water, there was constant screaming. pic.twitter.com/4kB6VQWzLi