Para la profesora Genara Alzamora, la edad son solo números, y es que a sus 97 años, ella se muestra fuerte como un roble, con una vitalidad increíble, es por ello que continúa impartiendo clases de forma gratuita a niños de diferentes edades, convirtiendo en un aula la sala de su casa en su natal chincha.
La nonagenaria por más de 40 años se ha dedicado a la docencia, sus alumnos asisten asiduamente todas las tardes a su casa para reforzar sus conocimientos, indican que la aprecian mucho por la paciencia y el amor con que les enseña, para ellos es como su segunda mamá.
Genara Alzamora, siempre les dice a sus alumnos: “que si aprenden significan que valoran a su maestra”, sabe que instruir bien a un niño desde pequeño es fundamental para garantizar buenos profesionales. “Missita” como le dicen de cariño, refiere que continuara enseñando hasta que goce de buena salud.