En cada parte y rincón del mundo muchas culturas han personificado al «Año Viejo», un muñeco o una figura el cual es quemado a manera de despedir un año y recibir a otro nuevo. En Ica, Perú, hay una tradición poco conocida que nace en el distrito de Tate y no hay una sola figura, sino que cada quien despide a su «Año viejo» cual un carnaval bajo una mascara y disfraz.
Se trata del baile de «Los Culones», desde las 5:00 p.m. de cada 31 de diciembre inicia una marcha de pobladores disfrazados de manera exagerada. Con mascaras tenebrosas, pelucas, maquillajes sobrepasados, senos grandes y sobre todo potos hinchados (traseros grandes). La horda de «culones» recorren las calles y despiden al Año Viejo, a quien le gritan e incluso le insultan de manera divertida.
Carlos Ascencio, un hombre de 59 años nos cuenta la historia de esta tradición y otros detalles. Relata que esta costumbre popular viene incluso antes de que él naciera en los años 60. El anfitrión y posible fundador es el Club Unión Pacífico de Tate (Ica), con el que cada año realizan el baile tradicional. «En ese tiempo no había luz ni otros servicios, la fiesta la hacían los jóvenes para recibir al año nuevo» cuenta, aunque no recuerda muchos detalles por su edad.
La fiesta inicia con vísperas, cuando los participantes tradicionalmente recogen ropas viejas y objetos de casa en casa. Los vecinos se deshacen de ciertas prendas y chatarras. Para el día 31 de diciembre los casi ya «Culones» habrán armado sus trajes. «Algunos jóvenes hacían sus mascaras de las calabaza que recogían en la chacra. Lo pintaban con diferentes caras; desde mujeres embarazadas, ancianos feos, personajes, hasta rostros diabólicos» relata Ascensio.
El día de celebración en Tate, Ica.
Desde las 5:00 p.m. se reúnen e inicia el recorrido de aproximadamente siete horas. Los recorridos de ese tiempo era: Punto de partida La Capilla, luego Puno, Barrios Los Mendozas, Pachacutec y Los Calderones. Así a las 00:00 en punto llegaban la Iglesia de Tate, donde la celebración explotaba de algarabía y recibían todos juntos al año nuevo, entre bailes y cantos.
Cada personaje en este encuentro despide a su «Año viejo» en su propio interior o bajo el disfraz. Puede que el año que queda atrás haya sido de mucho dolor y tristeza, nostalgia o de muchos logros, el nuevo año trae consigo una nueva esperanza y una nueva etapa, un buen pretexto para comenzar de nuevo y que mejor siendo parte de un ritual popular acompañado de esa buena gente que habita este distrito lleno de identidad.
Ahora, el pueblo de Tate se alista para recibir el año 2023, los jovenes de 20 y 30 años son los más entusiasmados. Han pasado muchas décadas y aún continúa la tradición aunque con algunos cambios pero con mucha energía. Este 31 de diciembre «Los Culones» estarán danzando por las calles de Tate (Ica) para recibir juntos al año nuevo y la fiesta continúa hasta las últimas consecuencias.