Le llegó el fin a la izquierda en Bolivia: Rodrigo Paz es elegido como nuevo presidente
Bolivia pone fin al largo ciclo socialista de Evo Morales. Con Rodrigo Paz, el país se aleja de China y Rusia para acercarse a Estados Unidos y Europa.

Bolivia cerró más de dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS). El senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), ganó el balotaje con 54,5% de los votos, imponiéndose al expresidente Jorge “Tuto” Quiroga y marcando un viraje histórico hacia la derecha.
La elección, celebrada este 19 de octubre, fue la primera segunda vuelta en la historia democrática boliviana. Con el 97% de actas procesadas, el Tribunal Supremo Electoral confirmó una tendencia irreversible. En su discurso, Paz pidió unidad nacional y prometió “cerrar un ciclo y abrir otro”.
“Vamos a gobernar con todos los hombres y mujeres que quieran a la patria”, dijo desde Tarija, su bastión político. Su compañero de fórmula, Edman Lara, exoficial de policía y figura popular en redes sociales, llamó también a la reconciliación: “Se acabó la campaña política, ahora toca trabajar por Bolivia”.
Un cambio de era política
Con la derrota del MAS —que apenas alcanzó un 3% en la primera vuelta— se cierra el ciclo iniciado por Evo Morales en 2006, continuado luego por Luis Arce. Por primera vez en casi 20 años, la izquierda boliviana no tendrá control del Ejecutivo.
Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, Rodrigo Paz llega al poder con una propuesta que llama “capitalismo para todos”: incentivos fiscales, créditos productivos y una redistribución del presupuesto nacional bajo el plan “Agenda 50/50”, que promete entregar la mitad de los recursos públicos a los gobiernos regionales.
Promete además mantener los bonos sociales del MAS, aunque con una reducción gradual. Su lema de campaña, “platita para todos”, conectó con votantes rurales y urbanos golpeados por la crisis económica.
Bolivia en crisis y una tarea urgente
Paz asume el país en su peor momento económico en tres décadas. La inflación llegó al 23%, el combustible escasea y las reservas de gas natural —antiguo motor económico— están prácticamente agotadas.
Las largas filas en los grifos y la falta de dólares han encendido el descontento popular.
El nuevo presidente deberá también negociar alianzas en un Congreso fragmentado: su partido solo obtuvo 49 de 130 diputados y 16 de 36 senadores. Analistas advierten que sin acuerdos será difícil avanzar en reformas estructurales como la reestructuración judicial o la modernización del Estado.
Reacomodo regional
Rodrigo Paz también plantea un giro en la política exterior. Bolivia buscará acercarse a Estados Unidos y la Unión Europea, dejando atrás la alianza con Rusia y China que caracterizó a los gobiernos de Morales y Arce.
Su victoria podría reconfigurar los equilibrios ideológicos en Sudamérica, alejando a La Paz del eje Caracas–Bogotá y acercándola a gobiernos liberales como los de Argentina, Ecuador y Perú.
Paz asumirá el 8 de noviembre, con el desafío inmediato de estabilizar la economía, garantizar el abastecimiento de combustible y recuperar la confianza interna y externa. El país, cansado de promesas incumplidas, espera que su nuevo presidente logre algo que la política boliviana no consigue hace tiempo: unidad y rumbo.
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