Diego es una tortuga gigante que salvó a su especie de la extinción gracias a su insaciable apetito sexual, según reportan los investigadores de las Islas Galápagos.
El animal perteneciente a los Chelonoidis hoodensis, logró que se recuperaran las condiciones del hábitat y la población de estos reptiles en Española, una de las islas que componen el archipiélago del Ecuador.
Antes de que se creara el Parque Nacional Galápagos en 1959, incontables cantidades de especímenes fueron extraídas para que los científicos las estudien, y dentro de ese grupo estaba Diego, quien fue llevado en los años treinta a un zoológico de San Diego, de donde proviene su nombre, en Estados Unidos.
Luego de retornar a Galápagos en 1976, Diego fue parte de un plan para mantener a salvo a los quelonios y fecundó 800 crías en Española, ubicada al sureste del famoso archipiélago visitado por Charles Darwin.
“Ha contribuido con un gran porcentaje al linaje que estamos regresando a Española. Hay un sentimiento de felicidad al tener la posibilidad de devolver esa tortuga a su estado natural”, comentó Jorge Carrión, director del Parque Nacional a AFP.
La tortuga permitió que se devuelvan aproximadamente 1 800 a Española y en caso se mantenga la reproducción natural, se elevará a 2 000.
Cabe resaltar que Diego, con más de cien años a sus cuestas, regresará a su hábitat natural en Galápagos tras evitar la extinción cuando quedaban solo doce hembras.
