El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador se ha lanzado, por primera vez en tres años, a proponer un nuevo orden geopolítico para el continente americano. El mandatario mexicano ha pedido este sábado el reemplazo de la Organización de Estados Americanos (OEA) por un nuevo organismo que integre a todos los países de América Latina y el Caribe y resuelva los conflictos entre ellos.
“La propuesta es, ni más ni menos, que construir algo semejante a la Unión Europea, pero apegado a nuestra historia, nuestra realidad y a nuestras identidades. En ese espíritu, no debe descartarse la sustitución de la OEA por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie, sino mediador a petición y aceptación de las partes en conflicto en asuntos de derechos humanos y de democracia”, dijo en un discurso.
Lopez Obrador ha hecho critica a la hegemonía e intervención de Estados Unidos en los países de América Latina en los últimos 200 años. Además, su discurso ha ocurrido al mismo tiempo que la celebración de la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y con la presencia de 25 ministros de toda la región en Ciudad de México.
La intención de México apunta al desplazamiento de la OEA –con sede en Washington y bajo la dirección del diplomático uruguayo Luis Almagro– por una apuesta más regional para la solución de conflictos entre los países latinoamericanos.
El sueño de Chávez
La integración de los países latinoamericanos a través de organismos diplomáticos ha sido ya una tarea emprendida en su momento por Hugo Chávez desde Venezuela y por Luiz Inácio Lula da Silva desde Brasil, pero han sido esfuerzos que se han diluido ante las diferencias ideológicas entre los líderes de los países que han participado en estos ejercicios.
El llamado de López Obrador es visto como un movimiento de piezas en el ajedrez geopolítico desde los gobiernos de izquierda de América Latina y en resistencia hacia la OEA y la derecha, lo cierto es que la CELAC ha conseguido sentar a la mesa a casi todos los países de la región –sin Estados Unidos– aunque entre ellos estén enfrentados ideológicamente. Algo que la OEA ya no logra. “Digamos adiós a las imposiciones, las ingerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos (…) iniciemos en nuestro continente una integración bajo la premisa de George Washington, según la cual las naciones no deben aprovecharse del infortunio de otros pueblos”, ha dicho el mexicano.