Gladys tiene solo 9 años y una discapacidad al caminar. Tuvo la idea de emprender un negocio familiar para cubrir sus terapias de rehabilitación, gastos escolares y, de esta manera, aliviar la economía de sus padres, quienes se esmeran en su cuidado y la manutención de sus tres hermanos.
La niña motivó a su mamá, Silvia Soplapuco, a usar una parte de la pensión bimestral que recibe del programa Contigo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), para convertirlo en capital semilla que germinó en una pequeña bodega instalada en la sala de su hogar, ubicado en el caserío El Gallito, distrito de San José, en la región Lambayeque.
Dicho emprendimiento también pudo despegar con parte de los S/ 760 del Bono Familiar Universal que su hogar recibió, y así compraron más víveres para abastecer a sus principales clientas que son sus vecinas.
Gladys tiene un sueño: convertirse en profesional para sacar adelante a su familia. Por eso, vio un uso provechoso para su educación financiera e inclusión productiva para su hogar, con la pensión que recibe del programa Contigo