Cierre de gobierno en Estados Unidos ¿Qué es y qué está pasando?
El enfrentamiento entre Donald Trump y los demócratas llevó a un cierre parcial del gobierno estadounidense, dejando a 750,000 empleados federales suspendidos o sin pago.

Estados Unidos vive un nuevo cierre parcial de su gobierno federal, después de que republicanos y demócratas no lograran aprobar el presupuesto a tiempo. El bloqueo en el Congreso ha paralizado a varias oficinas del Estado y expuso otra vez la profunda división política que domina a Washington bajo el liderazgo de Donald Trump.
Un cierre ocurre cuando no hay fondos para financiar las operaciones de las instituciones públicas, lo que obliga a suspender actividades consideradas no esenciales. Más de 750,000 empleados federales fueron enviados a su casa sin pago o deben trabajar gratis, mientras solo continúan funciones críticas como seguridad nacional, aeropuertos y fuerzas armadas. Aunque el golpe económico es real, el trasfondo es esencialmente político.
La disputa tiene como eje al presidente Trump, quien presionó a los republicanos para aprobar un presupuesto “limpio”, sin incluir los subsidios sociales exigidos por los demócratas. La oposición en la Cámara Baja exige más recursos para salud y programas de asistencia, además acusa al mandatario de usar el cierre como herramienta de presión. El enfrentamiento recuerda al cierre de 2018-2019, cuando el país estuvo paralizado 35 días por la pelea en torno al muro fronterizo con México.
En el Senado, los republicanos mantienen la mayoría simple, pero no alcanzan los votos necesarios para superar el filibusterismo demócrata. Trump culpa a sus rivales de “secuestrar al país por sus intereses”, mientras que los demócratas responden que el presidente está chantajeando al Congreso. Ninguno de los dos bloques muestra disposición de ceder, y la confrontación ya escaló a un pulso directo por el poder.
Detrás del cierre hay una estrategia electoral. Analistas en Washington sostienen que Trump busca demostrar firmeza rumbo a las elecciones de medio término de 2026, presentándose como un líder que no retrocede ante la oposición. Para los demócratas, en cambio, esta crisis es la prueba de que el presidente gobierna con terquedad y está dispuesto a llevar al país al caos con tal de imponer su agenda.
El desenlace dependerá de si se logra un acuerdo de emergencia en los próximos días. Pero lo que ya está claro es que el cierre del gobierno se ha convertido en un nuevo capítulo de la guerra política entre Trump y los demócratas, un choque que paraliza a la mayor potencia mundial y deja a cientos de miles de trabajadores como víctimas colaterales de la pugna partidaria.
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