Extracto: Diario El Peruano
Por: José Vadillo Vila
Hace cuatro años, las mujeres del centro poblado de Casa Blanca, en el distrito de San José de los Molinos, una zona rural a 45 minutos de la ciudad de Ica, formaron ‘El Proyectito’. Así en diminutivo, con cariño.
Se trata de “un proyecto integral”, resume Liduvina Rupire, la presidenta del grupo de productoras. “Nosotras nos iniciamos para aprender sobre la crianza de las tilapias, de los cuyes, de las hortalizas orgánicas”, recuerda. Querían mejorar la alimentación de sus hijos.
Empezaron a trabajar con una oenegé. Luego llegó la organización CARE Perú y las capacitó. Aumentaron la producción de animales menores: gallinas, marranas, cuyes; la producción de hortalizas, pallares, frijoles, papas, frutas diversas. “Mejoramos el sistema de riego y hoy tenemos siembra de hortalizas orgánicas”.
Del grupo inicial, quedan hoy 12 socias. Las más resistentes. Sus esposos son agricultores, pero ellas siente que se han empoderado, dice la señora Liduvina, todo gracias a la agricultura.
“Vemos una mejora en la alimentación de nuestras familias y que podemos ayudar en el hogar con el cultivo de hortalizas. Ahora producimos para llevar juntas los productos a la localidad”. Las hortalizas, los huevos y otros productos son destinados para las 60 familias que viven en comunidad rural iqueña.
Tiempos de la pandemia
La señora Rupire resalta que producir ellas mismas diversos productos agropecuarios ha permitido que los vecinos de la localidad “bajen menos” a la ciudad de Ica, con ello, hoy se evitan los contagios del covid-19.
“Y nuestros productos son más sanos porque no usamos pesticidas, sino abono orgánico, del excremento de las marradas, de los cuyes. Y estamos entregando los productos a precios igual e incluso menos que en el mercado”, dice.
Reutilización del agua
La zona de Casa Blanca es buena tierra, productora de pecanas, frejoles, pallares, papas. El problema es la escasez del agua. Y muchas veces se pierden los cultivos. “Ahorita todavía tenemos el remanente; esperemos que los hermanos de Huancavelica suelten la laguna de Choclococha, para cultivar nuestras tierras”.
Por ello, un beneficio extra, es la reutilización del agua de la crianza de las tilapias, ya que en la región Ica, el agua es un bien muy escaso. “Nosotras aprovechamos el agua al máximo: cultivamos con el riego por aspersión; llevando el agua a través de mangueras, para evitar que se pierda el agua”.
Las socias de ‘El Proyectito’ trabajan en un terreno eriazo del Estado, un terreno que, con la venia del centro poblado, trabajan todas las socias. Se han organizado para las faenas comunales.
“Sabemos que nada es imposible, que tenemos la capacidad y la fuerza. Nosotras no nos quedamos atrás”, dice la señora Rupire, que tiene dos hijos adolescentes y dos niños.
Contra la anemia
Cuenta que las 12 madres están contentas con los logros porque ‘El Proyectito’ nació, justamente, pensando en defender a sus niños de la anemia, que ataca a la población iqueña rural. Por eso se enfocaron en la producción de frutos altos en hierro como el brócoli y la betarraga, entre otros.
El resultado es que se está logrando elevar el nivel de hierro en la sangre de los niños de las 80 familias del centro poblado iqueño, lo cual era el objetivo. “Como mujeres del campo, hemos logrado sacar adelante a nuestra población”, dice orgullosa la presidenta de ‘El Proyectito’.