Se le achaca a Lima que parte de nuestro atraso, incluso el universitario, se debe a su cercanía. Cada año veo con tristeza y con inquina que muchos jóvenes se van a la capital a estudiar, en busca de tener una mejor formación profesional, ya que los títulos que se sacan allá valen mucho más que los de acá. Por desgracia no deja de ser cierta esa afirmación.
A pesar del costo en horas que significó a decanos y docentes responsables que la San Luis acreditara, esto no amainó los odios, pugnas e intereses por tener el poder de esta casa de estudios. Luchas encarnizadas que tienen efectos subrepticios como el que muchos jóvenes se vayan de Ica. Reflexiono sobre esto, porque ayer a la biblioteca una alumna muy querida, acompañada de su madre fue a despedirse y regresar un libro que le presté. Conversamos un momento. Noté la pena de la señora por su hija. “Lima es tan peligrosa, pero no tengo otra opción, haré un esfuerzo para que tenga una buena universidad…” siguió hablando, contando que tendría que viajar más seguido a verla. “Si la universidad de Ica no tuviera tantos problemas ella se quedaría”. Las vi caminar por el malecón, en este diciembre gris y amenazador de lluvias que no se desatan aún.
¿Y los que se quedan a estudiar?
Dejo en claro, que los que se van a veces lo hacen porque tienen los medios, o hacen esfuerzos tremendos. ¿Y los que se quedan a estudiar? Tienen que padecer los caprichos y peleas de los grupetes que están en la universidad. En mis épocas de estudiante también padecí tomas de locales, pésimos docentes, malos estudiantes que por filiación política después los encontré dictando cátedras, con un ego descomunal y una ignorancia supina en los temas que enseñan.
Pienso en todas las familias que a la hora de almuerzo hacen un nudo en la garganta al ver los sitios vacíos en donde deberían estar sentados sus hijos e hijas. También pienso en el descalabro que han hecho con la SUNEDU que hará que esto siga igual o peor. Pienso en todo eso, mientras paso por el frontis de la ciudad universitaria taponeada con carteles, pancartas y banderolas que indican que está tomada. Sí, la universidad lo está hace tiempo, pero por gente de baja calidad intelectual y humana.